El buen gobierno corporativo ya no es una opción para la empresa, sino una necesidad. La globalización de los mercados financieros hace de la atracción de recursos internacionales un elemento imprescindible para la pervivencia de las empresas. Varios estudios han confirmado que para un 75% de los inversores institucionales internacionales, las prácticas de buen gobierno corporativo son tan importantes para sus decisiones de inversión como la misma rentabilidad de la empresa. Asimismo, un 80% de los inversores dijeron que estarían dispuestos a pagar una prima por las acciones de una empresa con un buen gobierno corporativo.
Por tanto, no cabe duda que el buen gobierno ayuda a crear valor para los accionistas, pero también garantiza que haya un mayor reparto del valor así generado, al existir una mayor transparencia informativa.
En el plano internacional, desde el Informe Treadway, pasando por el Cadbury se han desarrollado normas de buen gobierno con el objetivo de aumentar la transparencia y la seguridad en los mercados.
En España, las recomendaciones vertidas en esta materia como son los informes Aldama y Olivencia y el recientemente ya conocido como el “Código Unificado”, se inspiraron en los principios de responsabilidad, transparencia, y eficacia para crear valor para el accionista, con especial incidencia en las empresas cotizadas por entenderse separada la propiedad y la gestión de las mismas. Dichas recomendaciones, están enfocadas fundamentalmente hacia las empresas cotizadas sin distinguir, por tanto entre empresas cotizadas de carácter familiar o no.
Lo realmente relevante es la voluntad de establecer unos órganos de gobierno que abunden en la línea de la transparencia en su funcionamiento y en la información que suministran a los mercados grupos de interés en la empresa, como son accionistas, empleados, clientes, proveedores, administraciones, etc.
En este sentido, la peculiaridad de la empresa familiar cotizada estriba precisamente en la existencia de un grupo de interés peculiar, es decir la familia accionista de referencia o de control en la empresa, con intereses y motivaciones no siempre coincidentes con los del accionista anónimo que no se siente especialmente vinculado con la empresa, ni tiene como objetivo la continuidad de la misma.
Al margen de las diferencias ostensibles entre las empresas familiares cotizadas y no cotizadas, en estas últimas el gobierno corporativo, ha adquirido un carácter sumamente relevante, siendo un elemento clave para garantizar la supervivencia de la empresa.
“Los mitos habituales adjudicados a las empresas de propiedad familiar son los de que no se organizan profesionalmente, o de que sus procesos de tomas de decisión adolecen, en ocasiones, de arbitrarios, así como de su actitud meliflua ante las prácticas de gobierno corporativo, o incluso, de asimetrías en el trato entre las personas de la familia y los profesionales externos. Factores todos ellos articulados en base a unos valores transmitidos generación tras generación, y un negocio cuidado al máximo”. según dice Isabel Giménez, Directora General de la FEBF. Unos valores, que son una gran ventaja competitiva frente a otra tipología de empresas, que carecen de este “apego” por la empresa.
Por ello, los instrumentos que ofrece el gobierno corporativo, y que se encuentran al alcance de cualquier empresa tenga o no el carácter de familiar, pueden contribuir sin duda al éxito de la empresa.
La diferencia entre una empresa familiar que sucumbe a sus debilidades y otra que las reconduce a fortalezas, y se beneficia de sus fuerzas diferenciales reside, principalmente, en la calidad de su sistema de gobierno corporativo. Las empresas familiares exitosas aprecian el poder de su control de la propiedad, la voluntariedad de la responsabilidad de un consejo de administración independiente, y tienen mucho cuidado en definir cuidadosamente los roles y responsabilidad de la propiedad, gestión y consejo de administración.
La Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros en su ánimo de contribuir al desarrollo del tejido empresarial valenciano, y el éxito del empresariado ha elaborado un Libro sobre Recomendaciones sobre el Buen Gobierno de las Empresas Familiares y que será presentado el próximo miércoles 15 de noviembre a las 12.30 horas, cuyo objetivo fundamental es mostrar cómo el diálogo entre los agentes afectos y la casuística específica de cada empresa son claves para que la gobernanza aporte valor, siendo un eficaz instrumento de cohesión para la familia y de profesionalización para los negocios familiares.