“Si el tamaño fuera el criterio decisivo, los dinosaurios no se habrían extinguido”.
W. Wiedeking, presidente de Porsche.
Recientemente, la Consellería de Empresa, Industria e Innovación ha presentado un Plan de Competitividad para el sector de la madera y el mueble, y su intención es ir presentando planes similares para el resto de sectores tradicionales de la Comunidad Valenciana, afectados por la creciente competencia asiática. El plan ha sido elaborado a partir de la detección de una serie de puntos débiles, como los siguientes:
a) Escasa dimensión de las empresas.
b) Insuficiente formación especializada de los recursos humanos del sector.
c) Inexistencia de una imagen de empresa, país y marca.
d) Internacionalización.
e) Acceso a redes de distribución.
f) Diseño y calidad.
g) Flexibilización de costes.
h) Estrategias empresariales.
i) Acceso a financiación ajena.
Las cinco grandes áreas sobre las que pivotarán las ayudas de esta Consellería para las empresas del sector serán:
1. Desarrollo empresarial.
2. Cooperación.
3. Área de Formación y Capital Humano.
4. Innovación y Fortalecimiento.
5. Apoyo a los emprendedores mediante capital-riesgo y semilla.
En este punto del camino, más de una empresa tradicional se plantea si merece la pena seguir luchando o tirar la toalla (irse al sector servicios), quizá por ello merece la pena identificar otros cluster industriales medianos y sus mejores prácticas.
Analicemos, por ejemplo, el caso alemán, en este país existe un núcleo de empresas de maquinaria industrial, referencia a nivel mundial. Las hidden champions se caracterizan por su elevado grado de especialización. Líderes en el mercado y en tecnología, son motor de innovaciones y crecimiento, y han convertido a Alemania en el primer exportador del mundo. En este escenario, las campeonas desconocidas suelen ser empresas de maquinaria, cuya clave del éxito es su elevado grado de especialización. Empresas que ya están produciendo o vendiendo en China.
Son empresas que invierten mucho más que la media en investigación y desarrollo, en nuevos productos y en nuevos mercados. De elevada productividad y calidad (productos y servicios), planifican muy bien sus inversiones y son grandes innovadoras. Solo la innovación continua les permite consolidar el liderazgo.
Según el semanario Der Spiegel, la mayoría de los hidden champions están en manos de familias. No cotizan en Bolsa, ni tienen obligaciones frente a los accionistas, y reinvierten los beneficios. Son capaces de pasar malas temporadas sin sentirse obligadas a cambiar de estrategia. Y tienen el coraje de creer en sus propias ideas a largo plazo, en lugar de satisfacer criterios de los inversores.
El Instituto de Investigación Económica (IFM) de Bonn, muestra como en Alemania un 8% de las industrias medianas tienen una cuota de mercado mundial de este segmento entre el 70% y el 90%. Existen 106.000 empresas industriales; de las cuales 104.000 son medianas empresas, con cuatro millones de empleados y más de 550.000 millones de euros de facturación. Invierten 28.000 millones de euros al año. Su objetivo prioritario, es asegurar su perpetuidad; lo que las convierte en un importante factor estabilizador de la economía en general. Y, para garantizar su futuro, innovan.
Para Hermann Simon, El decálogo para conseguir el éxito:
1. Tener claro el objetivo de querer ser el número uno.
2. La especialización: concentrarse en un núcleo de competencias.
3. Vender en todo el mundo.
4. Estar cerca de sus clientes, líderes a su vez en el mercado global.
5. Estar en los principales mercados con filiales propias y no delegar a terceros el contacto con el cliente.
6. Conceder la misma importancia al mercado y a la técnica.
7. Buscar la competencia. Estar cerca de los competidores y aventajarlos.
8. Eludir cooperaciones y alianzas. Confiar sólo en sí mismos para proteger su know how y conocimientos. No delegar nunca a terceros competencias fundamentales de la empresa.
9. Fabricar, incluso, las máquinas que se necesiten.
10. Elevada motivación de los empleados (apenas fluctuación de personal) y estilo de gestión autoritario respecto a los valores fundamentales de la empresa).