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El letrado asesor de empresas, una opción de futuro

En el marco del Derecho, una alternativa a tener en cuenta, es la especialización en Derecho de Empresas. Desempeñar la labor de asesoría de empresas no resulta tarea sencilla. Y ello por cuanto requiere, en primer lugar, amplios conocimientos multidisciplinares del derecho así como conocimientos económico-financieros, a la vez que exige un absoluto dominio de las complejas relaciones que se producen entre las diferentes áreas existentes en la práctica jurídica.

A pesar de que el vigente régimen jurídico es “relativamente simple”, como señala el apartado segundo de la Exposición de Motivos de Ley 2/1995 de Sociedades Responsabilidad Limitada, ya desde la constitución de la sociedad son requeridos los servicios de un asesor que cuide el cumplimiento de la legislación aplicable. Comienza de este modo la relación entre la mercantil y el letrado asesor que, generalmente y salvo en el caso de grandes compañías, se trata de un profesional externo a la sociedad.

Pero la aparente simplicidad de la sociedad limitada y el hecho de que constituya, a día de hoy, la forma societaria por excelencia, no debe permitirnos la licencia de no mencionar otras de las numerosas posibilidades asociativas permitidas por la legislación española: cooperativas, sociedades laborales (S.A.L. y S.L.L.), uniones temporales de empresas (U.T.E.), agrupaciones de interés económico (A.I.E.)… conforman el extenso público al que el licenciado en derecho que decida ejercer la abogacía y opte por la asesoría jurídica de empresas puede ofertar sus servicios.

El asesor de empresas debe ser especialista en derecho mercantil, disciplina básica en el ámbito empresarial, pero sin descuidar otros campos del derecho presentes en el día a día de cualquier sociedad: las delicadas y a menudo conflictivas relaciones empresa-trabajador reguladas por el derecho laboral; no descuidar las obligaciones tributarias de la mercantil implica una actualización prácticamente diaria en derecho fiscal; y cualquier tipo de actuación ante los Tribunales de Justicia conlleva un profundo dominio de las leyes procesales.

Debe ser especialista en derecho mercantil, disciplina básica en el ámbito empresarial, pero sin descuidar otros campos del derecho presentes en el día a día de cualquier sociedad: las delicadas y a menudo conflictivas relaciones empresa-trabajador son reguladas por el derecho laboral; responder a determinadas actuaciones de la Administración Pública requiere conocer ampliamente el complejo derecho administrativo; no descuidar las obligaciones tributarias de la mercantil implica una actualización prácticamente diaria en derecho fiscal; y cualquier tipo de actuación ante los Tribunales de Justicia conlleva un profundo dominio de las leyes procesales.

Ello, unido al vertiginoso ritmo de derogaciones, nuevas disposiciones, leyes, decretos leyes, reglamentos… al que el legislador español nos tiene lamentablemente acostumbrados, sumerge al profesional del derecho en un constante proceso de reciclaje y aprendizaje que en el caso del letrado asesor de empresas, habida cuenta de la amplitud de las áreas jurídicas tratadas, no se halla exento de cierta dificultad y sacrificio.

Entre las funciones básicas del letrado asesor, se encuentran garantizar el control de la legalidad de los acuerdos que se adopten por el órgano que ejerce la administración de la sociedad y de las deliberaciones a las que asista, sin perjuicio de que estatutariamente se le puedan designar otras funciones, con el objetivo de impedir la adopción de acuerdos irregulares que den lugar al ejercicio de acciones de impugnación frente a los tribunales y garantizar así la corrección de la vida jurídica de la sociedad. Por tanto, puede actuar junto al secretario del consejo cumpliendo la función de asesoramiento legalmente establecida o también desempeñar el cargo de secretario del consejo.

Además, ofrecer un servicio de calidad no significa únicamente conocer la cambiante legislación vigente, sino que requiere, además, poseer dotes de buen comunicador y mantener y potenciar las relaciones humanas, factor de gran importancia en el desarrollo de toda profesión.

Así pues, el Abogado de empresa se enfrenta a un triple reto: saber Derecho; saber aplicarlo, y ser capaz de dirigir o de pertenecer a una organización más amplia, probablemente multidisciplinar, con esquemas organizativos empresariales o semi-empresariales, combinados necesariamente con el respeto a nuestra deontología profesional.

Conscientes de ello, la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, imparte desde hace siete años el Master de Asesoría Jurídica de Empresas, cuyo objetivo fundamental es la formación de profesionales especializados en Derecho de Empresa.

Ahora bien, en una plaza financiera sólida y consolidada es importante que se ofrezcan empleos acordes con la formación de los Recursos Humanos para evitar la fuga de talentos, y disminuir con ello el índice de desaprovechamiento del capital humano y el número de licenciados y profesionales cualificados que desarrollan su actividad profesional fuera de la Comunidad Autónoma a pesar de haberse formado aquí, lo que supone que la formación tiene ir encaminada a la demanda de las empresas.

Desde el punto de vista de crecimiento económico, tan importante es la captación y creación de un capital humano cualificado, como su posterior retención para crear riqueza en la Comunidad.

El auge empresarial experimentado en los últimos años en toda España y en particular, en la Comunidad Valenciana por la estructura de su tejido empresarial, y la demanda de servicios jurídicos que estas sociedades requieren, convierte la asesoría jurídica de empresas, tanto para los nuevos licenciados en derecho como para los ya ejercientes, en una opción más que atractiva dentro del ejercicio profesional de la abogacía.

Los resultados obtenidos hasta la fecha no pueden ser más positivos por lo que a la bolsa de trabajo respecta, ya que en la actualidad podemos afirmar que en gran parte de las firmas de abogados de mayor prestigio internacional contamos con profesionales que han pasado por nuestras aulas, las del Master de Asesoría Jurídica de Empresas.

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