El próximo día 2 de marzo por la mañana, la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros ha organizado una Jornada sobre “Retos y Oportunidades para las Empresas de la Comunidad Valenciana en la India”. La idoneidad de realizar esta Jornada viene motivada ya que India se muestra, cada vez más, como una alternativa a tener en cuenta por las empresas de la Comunidad Valenciana, a la hora de internacionalizar su actividad en los mercados más adecuados para hacer competitivas sus cuentas de resultados.
India cuenta con un PIB cuyo crecimiento ha oscilado en torno al 6%, desde que en 1991 se enfrentó a una grave crisis de balanza de pagos. Es frecuente ponderar sus exportaciones culturales (yoga, cine, música) pero, además, es una potencia en temas tecnológicos. Gracias a un excelente sistema de escuelas científicas y de ingeniería, así como a su condición de segundo país anglófono del mundo, existen unos florecientes sectores de software, farmacéutico o biotecnológico. Sólo la ciudad india de Bangalore produce anualmente tantos ingenieros de informática como todos los Estados Unidos. Sin embargo, el tópico de que esta economía es sectorial no es cierto, dado que su paisaje industrial nos muestra como existen numerosas pymes de todos los considerados sectores tradicionales.
Todo ello aunque la India comenzó su transformación económica casi una década después de China, y a pesar de que sólo hace relativamente poco tiempo ha centrado la atención internacional, en gran parte debido al elevado número de empresas occidentales que la han elegido como destino en sus procesos de deslocalización. Como dato relevante, cabría destacar que en el periodo 2000-2004, el crecimiento de India superó al de toda la Unión Económica y Monetaria. Entretanto, este país ha generado una clase media empresarial con empresas que han emergido con escaso apoyo institucional, ayudando a que la economía creciera el 8.3% en 2003, muy por encima del 4.3% de 2002. Pero los niveles de inversión extranjera directa en la India -$4.7 billones en 2003, muy por encima de los $3 billones de 2002- permanecen todavía muy por debajo de los captados por China.
La ausencia de intervencionismo por parte del gobierno hindú en los mercados de capitales ofrece un agudo contraste con China, y su decisión de no regular sectores con potencial han favorecido la afloración de gran número de proyectos de emprendedores individuales, mientras que en el país vecino, las iniciativas se han visto a menudo cercenadas desde el gobierno chino.
Una de las principales limitaciones al crecimiento de la economía hindú ha sido la escasez de capital extranjero, carencia que contrasta con la abundancia de este factor para la economía china, y que puede verse cubierta con el incremento del número de empresas españolas que decidan establecerse allí, o bien firmen un acuerdo con empresas indias para producir conjuntamente.
El idioma comercial en la India es el inglés, factor este que supone otra ventaja competitiva a tener en cuenta frente a la economía china, país en el que toda relación empresarial se verá, necesariamente, mediatizada por el uso de los intérpretes, con la consiguiente barrera cultural.
En cuanto a la occidentalización de estos países, India se muestra mucho más permeable al establecimiento de empresas extranjeras, mientras que China solo ha manifestado una clara apertura en la franja costera oriental, concentrándose en esta zona, ya saturada, la mayoría de las empresas foráneas.
Estos y otros retos serán abordados por expertos de primera fila, que intervendrán a lo largo de la Jornada, acompañados por los testimonios de empresas de la Comunidad Valenciana con experiencias exitosas en este país, tan desconocido como interesante.
Además de ello, las recientes medidas de rallentización de la economía china han trasladado la atención internacional a su país vecino, ajeno éste último a problemas monetarios.