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Estados que mejoran la transparencia financiera

Continúa el clima de acceso restringido a la liquidez que es utilizado por muchas empresas como excusa para continuar presentando expedientes de regulación de empleo, suspensiones de pago, etc. ¿Han fallado las previsiones de todos los departamentos financieros de las empresas, del Gobierno, organismos oficales internacionales? Dejemos en el aire la respuesta para plantear una pregunta más concreta ¿El Plan General Contable 2007 mejora la información financiera para poder salir de esta situación económica? Como usuario de datos financieros considero que sí.

Con la aprobación del Plan General de Contabilidad 2007 se ha evolucionado hacia una mayor transparencia en las finanzas de las empresas. Dos son los vehículos utilizados para transmitir la información económica de las organizaciones. La unión de ambas novedades aporta a los usuarios una información financiera de mayor calidad, por las obligaciones formales a seguir para su presentación. Por un lado, el Estado de Flujos de Efectivo, que permite conocer la situación de liquidez de la empresa y cómo gestiona su tesorería y, por otro lado está el Estado de Cambios en el Patrimonio Neto, que refleja cómo afectan los resultados de la actividad al patrimonio y cómo éste es administrado.

Desarrollaremos estas mejoras legislativas para una mayor comprensión. El Estado de Flujos de Efectivo (EFE), si bien como estado contable es nuevo a partir del PGC’07, existía un antecedente en la Memoria del anterior PGC. Es decir, el Cuadro de Financiación. Las principales diferencias consisten en la presentación actual en formato vertical y la subdivisión por tipo de actividad (Explotación, Inversión y Financiación).

Ahora se habla de dos actos muy relacionados con los activos monetarios: Cobrar y Pagar. ¿Qué movimientos registrados en el día a día de la empresa son realmente “dinero”? ¿Cómo consume y obtiene la empresa la liquidez para que su departamento financiero consiga continuar con la marcha de la misma? Resulta necesario saber de dónde procede el cash para el mantenimiento de las operaciones. No es lo mismo que la liquidez provenga de nuestros ingresos de explotación, que de los ingresos de inversión. La diferencia es sustancial, ya que de ello depende clasificarse como una empresa productiva o financiera.

Por ello, el desglose establecido no es accesorio, si no más bien clarificador de la gestión realizada por todos los departamentos. Los flujos de Explotación hacen referencia a los movimientos generados por la propia actividad de la empresa (pagos a proveedores, trabajadores, financieros y sus respectivos ingresos). Pero para que la magnitud conseguida se acerque más a la realidad, este importe debe ajustarse por el efecto de las inversiones y desinversiones en inmovilizados afectos a la actividad corriente, por ejemplo, las amortizaciones. En relación a los movimientos de Inversión, hablamos de pagos realizados por inversiones y cobros realizados por desinversiones. Todo ello subclasificado en función del tipo de inmobilizado que se haya registrado. Recordar que en esta contabilidad la clasificación de los activos y pasivos tiene mucha transcendencia. Por último, indicar que los flujos de Financiación reflejan pagos y cobros realizados por los instrumentos de patrimonio y pasivos financieros.

Una vez obtenida esta información sobre la situación de tesorería se pueden tomar medidas correctoras de manera más rápida y ágil. Para ello, llevar al día el EFE puede ayudar a anticiparse a un futuro problema y tomar decisiones que mitiguen las desviaciones. En este primer año es algo más complicado por no poder realizar un comparativo con un histórico estabilizador (de largo plazo), pero con el tiempo, será una herramienta muy a tener en cuenta en los departamentos financieros.

Sin embargo la gran novedad del nuevo PGC es el Estado de Cambios en el Patrimonio Neto (ECPN). Algo más laborioso de realizar que el Estado de Flujos de Efectivo, pero cuya información resulta imprescindible para comprender las decisiones de invertir o no en la empresa, así cómo saber de qué modo crea valor para los accionistas.

En esta ocasión, su acumulado está formado por dos epígrafes diferenciados en la normativa: el “Estado de Ingresos y Gastos Reconocidos” y el “Estado Total de Cambios en el Patrimonio Neto”. En el primer punto lo que se realiza es el ajuste en el Patrimonio de los ingresos y gastos reconocidos en Pérdidas y Ganacias que han sido contabilizados mediante los grupos de cuentas establecidos al efecto (Grupo 8 y 9). Es decir, ingresos y gastos imputados directamente al patrimonio neto por instrumetos financieros, coberturas, subvenciones y legados recibidos de capital. En el segundo apartado se pueden ver los movimientos de cuentas patrimoniales y cómo han ido evolucionando estas partidas a lo largo del ejercicio, en el caso de obtener la información periódicamente. Esta parte es muy valiosa en el mundo bursátil, ya que de ella se desprende la política de retribución al accionista y la fortaleza del patrimonio. Este cuadro está dispuesto en doble entrada, su elaboración es más fácil de lo que en una primera aproximación parece.

Un aspecto a tener presente en la nueva percepción de la imagen fiel es el impacto que tienen las cargas fiscales en la situación financiera de una empresa. Es por ello que prestaremos especial atención a las diferencias que se generarán entre el resultado contable y el fiscal. Todo ello en pleno proceso de adaptación de los tipos de gravamen tributarios para conseguir una mejor competitividad en el mercado globalizado.

Dada su importancia y dificultad, dedicaremos un mayor esfuerzo a analizar el impacto de estas novedades en nuestra contabilidad. Para facilitar este trabajo, la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros ha organizado una jornada práctica que tendrá lugar en su sede el próximo 7 de julio. www.febf.org

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