La práctica del derecho requiere mantener contacto con otras ramas de conocimiento en las que apoyarse para documentar procedimientos. Tal es el caso de la gestión empresarial, donde laboralistas, mercantilistas, fiscalistas y abogados de familias, necesitan conocer en mayor detalle las diferentes herramientas utilizadas en las organizaciones para gestionar el día a día. Pero no basta con conocer el funcionamiento de las compañías, también hay que comprender el entorno económico en el que desarrollan su actividad.
La mayor complejidad se encuentra en la lectura y análisis de los estados financieros de las compañías (balance de situación, cuenta de resultados, estado de cambios en el patrimonio neto, estado de flujos de efectivo y memoria), ya que en muchas ocasiones cargan con la prueba de las decisiones tomadas en procesos de despidos, reestructuraciones, compra-venta de negocios, elaboración de impuestos… y, por tanto, debemos garantizar la integridad de los datos utilizados.
Por todo ello, los abogados especializados en estos asuntos tienen que realizar un esfuerzo en estudiar y comprender los estados financieros para realizar sus propios análisis a través de la interpretación de ratios económicos-financieros. En la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros se propone un curso escalonado por niveles que comenzará el 7 de mayo. Se trata de conocer la normativa contable desde su Plan General Contable, calendario del proceso, principios contables básicos y responsabilidades del empresario hasta las cuentas anuales y ratios financieros-económicos.
Comprender qué estructura es la necesaria para generar los ingresos para el mantenimiento de la empresa es importante para los operadores mercantiles, incluidos los abogados. Pero además, analizar cuáles son las fuentes de ingresos y gastos permitirá tomar decisiones más acertadas sobre en qué parte, sección, y línea de negocio se deben tomar medidas. Para ello se estudian los márgenes brutos, márgenes netos y el EBITDA de la cuenta de resultados.
Otro aspecto importante a considerar, máxime en el contexto actual de dificultades de financiación, es la generación de liquidez para poder hacer frente a los compromisos de pagos adquiridos, conocido como cash-flow. Aquí entra en juego el cálculo de las necesidades operativas de fondos, es decir, aquella cantidad mínima que permite hacer los pagos de las operaciones en el corto plazo. Con estos datos se puede tomar decisiones sobre nuevas inversiones, solicitud de financiación o de reestructuración organizativa. En el caso de empresas endeudadas, conocer el coste financiero total para la misma permitirá tomar decisiones que optimicen los resultados financieros en la cuenta de resultados.
En definitiva, comprender los estados financieros y la realidad económica de la empresa por parte del abogado ayudará a planificar medidas más ajustadas y con mayores garantías de éxito procesal. Lo cierto es que, ejercer la abogacía requiere conocer otras materias en función de la especialidad a la que vayamos dirigidos.