Los jóvenes sin empleo suponían para la Unión Europea al inicio de la presente década un coste superior a 150.000 millones de euros. Aunque existen diferencias entre los países, España junto con Grecia, encabezan la lista de los peores situados con tasas de desempleo juvenil por encima del 50%.
La visión del dato parece agravarse con la circunstancia de que en nuestro país, con la generación mas formada de nuestra historia (el 30% de los jóvenes entre 16 y 34 años dispone de estudios superiores), el alto nivel educativo ha supuesto de algún modo un elemento de protección durante la crisis.
No hay recetas mágicas para solucionar este grave problema pero parece que si los jóvenes completan sus etapas formativas, obviamente bien enfocadas en términos de empleabilidad y no encuentran salida en el mercado de trabajo, deberían considerar que la actividad emprendedora es una opción a valorar.
Pese a ello y a que parece lógico que el factor de necesidad tenga un efecto dinamizador de la actividad emprendedora en tiempos de crisis, las incertidumbres añadidas por el mal momento, han hecho descender sensiblemente la tasa de actividad empresarial de los jóvenes respecto a los datos registrados anteriormente.
En la Europa de los 28 de 2013 la tasa de empleo juvenil era sólo del 6,5%, y aunque esta cifra esconde mucha variación (15% en Italia y algo menos del 8% en España) parece evidente que hay margen hasta alcanzar la motivación emprendedora de los jóvenes de otras economías comparables y emergentes.
Por otra parte, algunos datos parecen indicar que la tasa de emprendedores jóvenes se esta recuperando en el grupo de los más formados cuyos proyectos además, presentan menores índices de abandono. Precisamente un estudio del Eurofound sobre la materia, señala entre iniciativas que puestas en práctica con éxito en varios países de la UE, proporcionar información, asesoramiento, orientación y formación de los jóvenes emprendedores. Mas concretamente se indica que la calidad de los profesores y su experiencia como emprendedores son elementos fundamentales para los programas.
La Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, con más de 33.000 alumnos formados en sus consolidados programas en materia bursátil, jurídica y financiera, apoya desde antiguo el emprendedurismo de los profesionales valencianos y por ello ha programado para el próximo 13 de mayo un Seminario práctico dirigido a orientar a los juristas que opten por el ejercicio libre de la profesión y se propongan constituir su propio bufete de abogados.
La cultura emprendedora no se crea de un día para otro pero, al margen del factor necesidad, una generación joven actual con un alto nivel educativo reforzado con formación práctica específica, serían los ingredientes necesarios para poner en marcha un negocio y para elevar el nivel de capacidad crítica de los nuevos proyectos.