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La Responsabilidad es de Todos

Es habitual en la actualidad, escuchar o leer conceptos como, Creación de Valor, Transparencia, Buen Gobierno, Responsabilidad Social o Reputación. Muchos de ellos, por no decir todos, están íntimamente relacionados con otro, que es más antiguo que la propia escritura, a pesar de estar de moda: hablamos de la Ética.

Aunque todos tienen relación entre sí, nos vamos a centrar en la Responsabilidad Social. Cuando hablamos de este término nos podríamos hacer dos preguntas: Responsabilidad Social, ¿de quién? o Responsabilidad Social, ¿para quién?

El término lo hemos importado de Estados Unidos, donde surgió a finales de los años 50, propiciado por los conflictos en los que estaban inmersos los americanos en esos momentos. Sirvió como reflexión entre los ciudadanos que comenzaron a creer que, a través de su propio trabajo en la empresa, o consumiendo determinados productos, estaban contribuyendo al apoyo de determinados causas políticas o económicas éticamente enjuiciables.

En consecuencia, es la sociedad la que empieza a exigir cambios en la forma de realizar negocios y solicita una mayor implicación de todo colectivo empresarial en los problemas sociales. Unido al efecto de la Globalización, esta idea o preocupación ya existía en la sociedad de una manera implícita, lo que llevó que este concepto se implantará en España.

Fue a finales de los años 90, y a través de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (INVERCO), cuando se introdujo el concepto de Inversión Social Responsable. Siguiendo las tendencias sobre este tema, las instituciones sociales intentaban fomentar el ahorro responsable, para poder incluir empresas españolas en las carteras de determinados fondos de inversión y de otros productos éticos financieros.

Por otro lado, la cada vez mayor internacionalización de las empresas españolas provocó que la sociedad se preocupara por el comportamiento de estas empresas fuera de nuestras fronteras. De esta forma, los grupos de interés han ido presionando hasta interconectar progresivamente los valores tradicionales y el entorno empresarial.

Actualmente, los empresarios están cada vez más concienciados de que el éxito comercial y la creación de valor para sus accionistas no se obtienen únicamente con una maximización de los beneficios a corto plazo, sino con un crecimiento sostenido orientado hacia un mercado muy competitivo que, a su vez, es cada vez más Responsable.

De hecho, un gran número de empresas son conscientes de que pueden contribuir al desarrollo sostenible, dirigiendo sus actividades a favorecer el crecimiento económico y aumentar la competitividad, al tiempo que garantizan la protección del medio ambiente y fomentan la responsabilidad social, incluidos los intereses de los consumidores. A todo esto hay que unir las recientes tendencias de transparencia e información que, en la actualidad se recomienda a las empresas (principalmente a sociedades cotizadas), como es el caso del Código Unificado de la CNMV (comentado artículo del 22 de enero 06).

Las empresas están elaborando y publicando informes con las actuaciones responsables en los ámbitos laboral, social y medioambiental que han llevado a cabo a lo largo del año. Para estos informes, que reciben generalmente el nombre de Memorias de Sostenibilidad, la mayoría de las empresas siguen los criterios de elaboración del Global Reporting Initiative (GRI).

Hay que ver el término de Responsabilidad Social como una acepción que hace referencia a un conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos, tanto nacionales como internacionales, que se derivan de las actividades que las empresas realizaban en el ámbito social, laboral, medioambiental y de derechos humanos. Del mismo modo que hace unos años las empresas desarrollaban su actividad sin tener en cuenta el marketing o los sistemas de gestión de calidad, y no formaban parte de los objetivos estratégicos de las empresas. Hoy en día las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de incorporar compromisos sociales, laborales, medioambientales y humanitarios como parte de su estrategia de negocio.

La Responsabilidad Social es, por tanto, desde un punto de vista empresarial, una inversión de futuro a largo plazo que nos generará un crecimiento sostenido, añadiendo eficiencia, eficacia y competitividad a nuestras empresas, Y desde un punto de vista social, también será una inversión de futuro, ya que contribuirá a generar un estado del bienestar y un equilibrio entre el ámbito social, laboral, medioambiental y humano. Sólo en ese momento, responderemos a las dos preguntas inicialmente planteadas, Responsabilidad Social: ¿de quién? o ¿para quién?…….. De TODOS y para TODOS.

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