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Las Cajas de Ahorros saltan al Parqué

Nos encontramos en un momento económicamente delicado, parece que la sensación de incertidumbre ha invadido todos los sectores y entre ellos también a las entidades financieras. Las cajas de ahorro, al igual que los bancos, tienen necesidades de capital, continúan con sus planes de expansión y de crecimiento orgánico, y buscan alternativas de captación de fondos para poder llevar adelante sus proyectos.

Para salvar dificultades, y poder continuar con sus proyecciones de futuro, los bancos están recurriendo a ampliaciones de capital, mientras que las cajas, hasta este momento, únicamente han contado con el capital aportado por los fundadores y los beneficios retenidos y no destinados a obra social. Las cajas, se han estado financiando mediante las participaciones preferentes o la deuda subordinada para captar fondos, pero ha llegado un punto que no es suficiente. Aunque, es cierto, que la banca española se considera una banca fuerte y solvente, irremediablemente se ha visto afectada, la llegada de las cuotas participativas se estudia como una posible herramienta para ayudar a resolver esta situación.

Hace ya más de cuatro años que se reguló legalmente la emisión de cuotas participativas por parte de las cajas de ahorro, pero no ha sido hasta ahora, cuando una entidad, Caja del Mediterráneo (CAM) se ha decidido a emitirlas. La CAM ha sido la pionera pero ya existen proyectos de otras cajas de nuevas OPV de estas cuotas.

¿Qué son las cuotas participativas?

“Las cuotas participativas son instrumentos financieros emitidos por las cajas de ahorro que permiten a los inversores obtener una rentabilidad anual y participar en el reparto de beneficios de la entidad”. Así mismo las cuotas se pueden vender y comprar en Bolsa, es decir, poseen la ventaja de ser líquidas, con lo cual, ofrecen la posibilidad de obtener unas ganancias en caso de que estas se revaloricen. El Banco de España las define como “activos financieros o valores negociables que pueden emitir las cajas de ahorro”

A simple vista parece que esta definición corresponde al concepto de “acción”, pero no es exactamente igual, la diferencia primordial existente entre las cuotas y las acciones emitidas por los bancos, reside en que los poseedores de las cuotas participativas de las cajas de ahorro no tendrán ningún derecho político, tendrán voz, pero no voto, y únicamente tendrán derechos económicos. La contrapartida impuesta en el decreto que las regula es que deja abierta la posibilidad de que coticen en otros mercados organizados.

Aunque la primera OPV tuvo lugar la semana pasada, las cajas de ahorros ya llevan tiempo luchando por esta regulación, y en absoluto les ha resultado fácil. Las entidades se han encontrado desde un principio un fuerte obstáculo en sus planes de emisión, debido a que estas tienen fuertes detractores entre los sindicatos presentes entre los órganos de gobierno de las cajas. Las centrales plantearon, en su momento, la duda de que este tipo de emisiones fuese el principio de la privatización de las cajas.

Sin embargo las fuentes financieras han tomado medidas para que este hecho no se diese. Según consta en el real decreto que regula estos instrumentos financieros: “el porcentaje de retribución de las cuotas tendrá un mínimo igual a la dotación para la obra social y un límite máximo de un 50% que podrá ser superado bajo consentimiento del Banco de España”.

Se regulan también otros aspectos como son la supresión del derecho de suscripción preferente, la aplicación del límite del 5% a la tendencia, la amortización y la fusión. Con estas medidas se pretende mantener el concepto de caja de ahorros como tal y que la inversión en obra social siga siendo el objetivo de las cajas de ahorros.

En definitiva, el objetivo de estas cuotas es el de ofrecer una fuente alternativa a las cajas de ahorros de captar recursos propios, que a su vez ayude al crecimiento y desarrollo de las mismas y la creación de un instrumento de forma que su precio permita valorar la gestión de las cajas. Por la parte del inversor, fomenta la diversificación y provee al mercado de un instrumento financiero más, abriendo el abanico de posibilidades de inversión. No es un camino fácil para ninguna de las partes, no conocemos a priori los resultados de este salto al parqué, es un producto nuevo y que debemos seguir su tendencia para saber si se adapta a nuestro perfil de inversor.

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