Nos encontramos en una coyuntura de incertidumbre en la que el sistema financiero mundial se ha puesto en entredicho, las malas noticias a ambos lados del atlántico tanto desde el punto de vista bursátil como macroeconómico mantiene al mundo en vilo.
Esta situación sin duda no es nueva, numerosos economistas, se han dedicado a lo largo de la historia a estudiar los ciclos económicos. Ya en el siglo XIX, el francés Clement Juglar, demostró que los periodos de crisis no eran hechos aislados sino que a través de estudios estadísticos, demostrando que forma parte de una fluctuación cíclica de la actividad comercial, bursátil e industrial y que los períodos de prosperidad y crisis se seguían unos a otros.
Una primera aproximación a la definición de ciclo económico podría ser la dada por Burns y Mitchell, que lo define como “expansiones que ocurren aproximadamente al mismo tiempo en muchas actividades económicas, seguidas de recesiones, contracciones y recuperaciones generales similares que se consolidan en la fase de expansión del ciclo siguiente. Esta secuencia de cambios se repite, pero no de forma periódica. Con respecto a la duración, los ciclos económicos varían de más de un año a 10 ó 12 años.”
Así pues se pueden resumir los ciclos económicos, como los ascensos y descensos de la actividad económica; este se aprecia o se observa en el precio interno de un producto (PIB). Se puede hablar de cuatro estados Auge o Expansión, Recesión, Crisis y Recuperación.
Se puede distinguir tres tipos de ciclos económicos generales y ciclos sectoriales. Los generales son:
o Cortos, pequeños o de Kitchin, con una duración promedio de 40 meses, no necesariamente registran una crisis en el descenso.
o Medios, o de Juglar, 8 años y medio en promedio, se distinguen por la presencia de auges y crisis cíclicas.
o Largos, ondas largas o ciclos de Kondratieff, de un promedio de 54 años de duración: durante la expansión los ascensos son prolongados y más fuertes, las crisis son suaves y las recesiones cortas; durante la depresión los ascensos son débiles y cortos, las crisis muy fuertes y las recesiones prolongadas hasta alcanzar el grado de depresiones económicas generales.
Con carácter general los ciclos económicos presentan varias fases diferentes: expansión o auge, recesión, crisis y recuperación, si bien como se ha visto anteriormente no todos los ciclos económicos tienen la misma duración.
Los periodos de Expansión o Auge, son el punto máximo del ciclo económico. Se presenta un incremento en el nivel de precios de manera desigual por los distintos cambios en los costes. Estos precios también dependen de un aumento en el volumen del dinero en circulación, provocando con esto una expansión en los depósitos bancarios, así también acompañado de un aumento de ganancias e inversión, lo que hace que se acelere el ritmo de producción y además existe total empleo. Los máximos de actividad económica se denominan picos.
Los periodos de recesión, es la fase descendente del ciclo, son relativamente cortos, y se caracteriza porque marca un punto de inflexión, las fuerzas de producción se contraen, existen tensiones en el sistema bancario.
Los periodos de crisis, son el punto mínimo del ciclo económico, y sus mínimos se denominan valles, la producción y el empleo se encuentran en el mínimo nivel, aumenta el desempleo.
Por último los periodos de recuperación, que se caracteriza por una recuperación de los niveles de empleo y productividad, se comienza a presentar un rasgo de armonización de la actividad económica.
Una de las cuestiones que más importantes y que mayores controversias ha suscitado ha sido, sin duda los factores que afectan a los ciclos económicos realizándose innumerables estudios y modelos explicativos del mismo.
Como se ha visto los ciclos económicos, son oscilaciones o fluctuaciones en la actividad económica, por lo tanto los fenómenos que afectan a las diferentes fases son las siguientes: la de mayor importancia es el Producto Interior Bruto, (PIB), puesto que es la variable que refleja el dinamismo productivo de un país, en segundo lugar el Consumo, que se representa por la cantidad de bienes o servicios adquiridos por los hogares, en tercer lugar la inversión, que refleja el gasto en bienes de capital, que hacen las empresas nacionales e internacionales en el país, este tipo de inversión se conoce como la inversión no residencial, el gasto público y las exportaciones e importaciones. También se pueden tener en cuenta otros aspectos como el desempleo, o la inflación.
La coyuntura económica actual no es muy alentadora, sin embargo, como ha ocurrido en otros momentos de la historia, las fases de los ciclos se van sucediendo unos a otros, habrá que esperar para vislumbrar los signos de recuperación. Los Gobiernos, los Bancos Centrales están adoptando medidas para intentar paliar los efectos de la situación actual, como el plan de rescate del gobierno americano, todo ello con el fin de recuperar la confianza en los mercados.