Paso a paso…

Acabamos de finalizar febrero, mes en el que las presentaciones de resultados por parte de las empresas cotizadas inundan la información económica. Cada vez que nos enfrentamos a dicha información, ya sea de manera trimestral o como ahora anual, la lectura de cada uno de los informes se torna en una misión imposible. La causa principal es el uso del vocabulario financiero, haciendo que la confusión por parte de público que no pertenece al sector sea la tónica habitual.
Por ello, durante las próximas líneas, detallaremos aquellos ratios más importantes con el objetivo de facilitar al lector la comprensión de los mismos y así poder aportar un pequeño rayo de luz a esta tarea tan difícil como es la de analizar los resultados.
El primer indicador que comentaremos tiene mucha relación con los beneficios, concretamente con la capacidad que tiene la empresa de generar rendimiento considerando únicamente su actividad productiva. La magnitud EBITDA, siglas en inglés que significa beneficios antes de Intereses (I), Impuestos (T), Depreciaciones (D) y Amortizaciones (A), es una buena medida de comparación entre aquellas empresas del mismo sector, ya que con un simple análisis observaremos cual es la que presenta mejores números en cuanto a su negocio, eliminando el efecto tanto de las dotaciones como del endeudamiento. Destacar, por otro lado, que no tener en cuenta la amortización, hace que nuestro análisis no sea completo, por lo que utilizaremos una variación de este indicador, el EBIT, que recoge los beneficios antes de intereses e impuestos y nos ayudará a tener una visión más completa de los resultados presentados.
Si continuamos analizando los datos, nos encontraremos con el ROE, siglas en inglés que nos expresa la rentabilidad sobre los recursos propios de la empresa, es decir, relaciona el beneficio Neto obtenido con los recursos necesarios para obtener ese lucro (Fondos Propios= Capital y Reservas). Una buena forma de entender el ROE es a través de la comparación con una inversión en un depósito bancario. Si yo invierto 1000€ y obtengo unos intereses de 100 €, la rentabilidad es del 10%. Dicho rendimiento se obtiene dividiendo la cantidad generada por la cantidad que se ha necesitado para generarla. Con el fin de realizar un análisis más detallado y así poder observar cuales son las causas de su rentabilidad, dicho ratio se puede dividir en tres componentes, Margen, Rotación y Apalancamiento.
La última variable de la que hablaremos hace referencia a la capacidad financiera de la empresa. El Flujo Libre de Caja (FCF) nos señala cual es la capacidad de un negocio de generar caja una vez descontado los distintos pagos (costes generales, impuestos, inversiones…). Es decir, es el saldo de tesorería que se encuentra libre en la empresa, pudiendo destinarse éste a la remuneración de los accionistas vía dividendos o amortizar el principal de la deuda.
Poder esclarecer los distintos ratios de una manera ágil, hará que la toma de decisión a la hora de invertir en un valor, sea una tarea más sencilla.

Suscríbete
a nuestro Boletín

Marcando la casilla Usted consiente el envío de comunicaciones promocionales por parte de FEBF, con la finalidad de informarle sobre actividades, eventos y cursos formativos que organiza la FEBF, a través de correo ordinario y medios electrónicos (SMS y Correo electrónico). De conformidad con lo dispuesto en el artículo 21 de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información, podrá oponerse en cualquier momento a la recepción de las citadas comunicaciones comerciales a través de medios electrónicos, mediante la remisión de un email a tal efecto, a la siguiente dirección de correo electrónico formacion@febf.org