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Paso Lento, … Pero Seguro

Sé que para cada país, uno u otro sector presenta aspectos delicados, pero tenemos que demostrar nuestra capacidad para superar los problemas particulares y las preocupaciones políticas a corto plazo. Solo vosotros podéis hacer que las palabras de Lisboa, se conviertan en los hechos de Estocolmo. (Romano Prodi Presidente de la Comisión Europea en el Consejo Europeo de Estocolmo)

Cuanto más se acerca el fin de año, más comunes son los resúmenes, balances, estadísticas de lo que ha ocurrido a lo largo de los doce meses, con una referencia como no de las expectativas esperadas en los venideros. Sin ánimo de romper la tradición, en este artículo haremos un breve repaso, de la transformación y los avances de la Unión Europea para la integración de los mercados financieros europeos.

La transformación radical de estos mercados se realiza sobre todo bajo el impulso de los servicios al por mayor, no obstante el sector al por menor sufre también limitaciones importantes, por ello en el espíritu del Consejo Europeo de Lisboa y de acuerdo con el último Plan de Acción para los Servicios Financieros (PASF), en enero de 2001, la Comisión lanza una red denuncias para la solución extrajudicial de litigios transfronterizos (FIN-NET) en el sector de los servicios financieros. Esta red tiene por objeto ayudar al consumidor del servicio a encontrar una solución a su problema cuando el prestatario de éstos, está establecido en otro Estado miembro.

Pero quizás el acontecimiento de mayor relevancia en este año y entrando ya en los servicios al por mayor, tiene lugar el 15 de febrero de 2001 cuando Alexandre Lamfalussy presenta el informe final del «Comité sobre la regulación de los mercados europeos de valores mobiliarios», llamado «Comité de Sabios», como preconizaba el tercer informe del 8 de noviembre de 2000 sobre el PASF.
Dicho informe consta de dos capítulos, en los cuales se ponen de manifiesto las disfunciones y las lagunas de la normativa del mercado europeo de los valores mobiliarios, siendo necesario un cambio, por lo que recomienda en su segundo capítulo una reforma de la normativa vigente. El informe describe el mercado financiero europeo como no armonizado, demasiado lento, demasiado rígido, mal adaptado a las necesidades, demasiado complejo, rígido… y otros adjetivos en la misma tónica.
El Comité de Sabios, propone una reforma en cuatro niveles, es decir, concretar unos principios marco, establecer el trabajo en red de los reguladores nacionales, de la Comisión y de los nuevos Comités de valores mobiliarios para aplicar esos principios, destinar a los reguladores nacionales a garantizar los dos niveles anteriores, y por último organizar un control riguroso por la Comisión de los textos adoptados.
La armonización descrita en este informe, contempla la creación de dos comités, uno el llamado Comité Europeo de Reguladores de Valores Mobiliarios (CERVM), que se dedicará a preparar los dictámenes que remitirá a la Comisión, y otro denominado Comité Europeo de Valores Mobiliarios (CEVM), que votará posteriormente las propuestas realizadas por el Ejecutivo europeo, siendo adoptadas posteriormente por la propia Comisión.
En el Informe Lamfalussy, se establece un calendario cerrado para la instauración del Mercado Único de Capitales de cara al 2004. La única traba insalvable se encuentra en la culminación de la integración del mercado bursátil y financiero en la Unión, debido a la imposibilidad de crear un organismo regulador único, por la complejidad técnica y burocrática que supondría.

Sin embargo, pocos días después expertos de la Unión Europea (el llamado Comité de expertos de regulación bancaria), critican el informe presentado por Lamfalussy, pues consideran que no se conseguirán los objetivos perseguidos en el plazo propuesto (2004), aunque por otro lado reconocen que la iniciativa, es un buen punto de partida para acelerar la integración de los mercados, teniendo en cuenta el obstáculo que para su éxito supone su complejidad. Por ello, estos expertos optan por simplificar la estructura con un solo comité y conceder mayor protagonismo al parlamento europeo.
Esta no ha sido la única polémica que el informe ha levantado, ya que para algunos ha ido demasiado lejos, hacia una Europa tecnocrática, la propuesta de crear un Comité Europeo de Valores, con capacidad para aprobar los reglamentos necesarios para desarrollar las directivas, ha provocado una reacción negativa del Parlamento Europeo, que insiste en su derecho a veto, y de la propia Comisión que se siente relegada. Para otros el informe es insuficiente, simplemente ha ido todo lo lejos que se puede ir sin modificar los tratados.

La cuestión del organismo regulador, se trata posteriormente en el Consejo Europeo de Estocolmo en marzo, en el que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo señala a las entidades bancarias centrales de cada estado como los órganos que deberían encargarse de llevar a cabo un control prudencial de supervisión en la eurozona.
Este Consejo Europeo de Estocolmo, no pasará a la historia por los avances significativos, en la consecución de un mercado único, cada vez más efectivo e integrado, pero al menos por lo que se refiere a los mercados de valores, sí ha dado un importante paso, que debe conducir a una regulación más eficaz de ellos en la UE. El Consejo no se refiere a los mercados como tales, sino a la regulación que los ampara. No puede decirse que ésta, en sus rasgos básicos, no sea de algún modo única para toda la UE, pues se plasma en un conjunto de directivas que rigen para todos.
Sin embargo, esta regulación es, por un lado, larga de elaborar y modificar, debido al inevitable proceso negociador en el que intervienen las tres grandes instituciones (Parlamento, Consejo y Comisión), y, sobre todos, puede no ser aplicada de forma suficientemente uniforme y coherente en toda la UE

Mientras los recelos que estas propuestas han levantado, sobre todo en el Parlamento Europeo, no garantizan del todo su éxito, la realidad subyacente (unos mercados de valores europeos fragmentados y con una regulación rígida y poco coherente), continúa imponiendo inexorablemente sus exigencias en las que está en juego la competitividad de los propios mercados en un contexto mundial. El Consejo Europeo de Estocolmo no ha alcanzado el nivel esperado y la aprobación del Informe Lamfalussy, ha quedado únicamente en un decálogo de buenas intenciones. Si bien es cierto que Europa avanza, no lo es menos que lo hace de forma lenta y sin grandes compromisos, más aún si se tiene en cuenta que en breve serán mas los miembros que la compongan. Por otro lado pronto, habrá que resolver, temas aún más espinosos como la fiscalidad de los productos financieros, la armonización contable para que las valoraciones de las compañías se hagan sobre las mismas bases, o los derechos y garantías de los consumidores de productos financieros.

La agenda de Lisboa y las conclusiones de Estocolmo serán revisadas cada primavera. Para la del 2002 será Barcelona el escenario y España quien encabezará la Presidencia. Hasta entonces son muchos los retos que deberían asumirse, entre otros hacer que el paso de la teoría a la práctica del Euro, no sea excesivamente traumática para mercados financieros. Lo cierto es que en el intento de construcción de una Unión sólida tendrá un lugar esencial, la integración de los mercados financieros.

«Para concluir, permitidme que diga unas palabras sobre un aspecto de organización, pero no por ello menos importante. Al prepararme para esta cumbre, he podido ver por lo menos 25 informes referentes diferentes, y quizás haya omitido alguno. En efecto, he visto informes, informes intermedios, informes referentes a otros informes, e incluso informes que clonan a otros informes.
Esta masa de información es muy completa y ciertamente, muy útil, pero su volumen y su densidad hacen difícil que el Consejo Europeo pueda sacar de ella el mejor partido.
Tengo la impresión de que estas informaciones podrían explotarse mejor, y que podrían presentarse al Consejo Europeo en un único documento, lo cual, además nos permitirá orientar mejor los mensajes que queremos transmitir». (Romano Prodi Presidente de la Comisión Europea en el Consejo Europeo de Estocolmo)

Margarita Pampliega García
Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros

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