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Política Medioambiental: ¿Principio o Fin?

La creciente conciencia ambiental de la sociedad en su conjunto, y de los poderes públicos en particular, ha generado la necesidad de incorporar la variable “medio ambiente” en la gestión de las empresas. En la actualidad, a todas las empresas manufactureras y de servicios, de mayor o menor tamaño, se les plantea la necesidad de plasmar la repercusión medioambiental del conjunto de actividades llevadas a cabo a lo largo del año.

En primer lugar, ¿qué se entiende por contabilidad medioambiental?. Podemos definir la contabilidad medioambiental como el proceso de comunicación de los efectos medioambientales de la actividad económica de las organizaciones, a determinados grupos de interés en la sociedad, y a la sociedad en su conjunto. Este concepto extiende la responsabilidad de las organizaciones más allá del papel tradicional de proporcionar estados financieros, incluyendo la consideración por parte de las empresas del establecimiento de sistemas de gestión medioambiental, favoreciendo la prevención así como la reducción de la contaminación.

Esta cuestión, se puede considerar de ferviente actualidad, ante la nueva resolución del ICAC, Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, que obliga a las empresas a incorporar la información medioambiental en las cuentas anuales. La responsabilidad de las mismas en relación a la protección del medio ambiente, les obliga a desempeñar en esta materia un papel activo, que implique un compromiso de mejora continua y razonable de su actuación ambiental. En los últimos años, la contabilidad de gestión ha experimentado una continua transformación para poder satisfacer estas nuevas exigencias del entorno empresarial, que exige a la organización una actuación respetuosa con el medio ambiente, ya que, en caso contrario, la empresa puede perder competitividad, e incluso, en algunos casos, llegar a desaparecer por la ausencia de una adecuada gestión medioambiental. Por otro lado, si la empresa ejerce en el campo de la gestión medioambiental el papel activo del que hablábamos con anterioridad, incidirá positivamente sobre la imagen que el cliente percibe de la misma.

En cuanto a la evolución y el estado actual de la contabilidad medioambiental, difiere considerablemente de unos países a otros, teniendo un mayor desarrollo en los países anglosajones y escandinavos, en comparación con los países latinos. La diferencia de estos últimos con el modelo anglosajón radica, principalmente, en un mayor papel atribuido al Estado, junto a una menor transcendencia de la responsabilidad social atribuida a las empresas, constituyendo el escenario característico de los últimos años y, dificultando, por tanto, la incorporación al modelo original.

La motivación de la contabilidad medioambiental, tiene su origen en la proliferación de diversas teorías. Entre las distintas corrientes de estudio de la contabilidad medioambiental, cabría destacar, al menos, las siguientes: la teoría del beneficio verdadero, cuyo origen teórico puede encuadrarse dentro de la economía neoclásica, la teoría del partícipe y el enfoque constructivista.

La teoría del beneficio verdadero, critica el hecho de que el resultado de la empresa ignore sus efectos sociales y medioambientales y defiende el concepto de contabilidad social, como medida de la contribución neta de la empresa a la sociedad, considerando las externalidades sociales y medioambientales. Este enfoque tuvo cierto auge en los años setenta y, en la actualidad, continúa teniendo algunos adeptos.

Por otro lado, según la teoría del partícipe, la empresa tiene una responsabilidad social y medioambiental con la sociedad y la contabilidad sirve para rendir cuentas. La principal limitación de esta teoría se basa en el carácter limitado y poco fiable, hasta la fecha, de la información social y medioambiental.

Por último, los defensores del enfoque constructivista, afirman que el medio ambiente no es visible en las empresas, entre otras cosas, porque la contabilidad no lo considera, considerando a la contabilidad como un mecanismo influyente en la gestión económica y social.

Las empresas, por tanto, deberán establecer las bases de su propia Política Medioambiental, es decir, plantearse el análisis del impacto en el medio ambiente de cada una de sus actividades, definiendo los objetivos y, en base a los mismos, los programas de acciones clave para la obtención de resultados esperanzadores, tanto desde el punto de vista ecológico como financiero.

Los resultados obtenidos reforzarán la voluntad y la capacidad de unir los progresos ecológicos con los objetivos imperativos del mercado, conduciendo a una mejora en la eficiencia productiva y, en consecuencia, a la reducción del precio de coste de los productos y, con ello, a la satisfacción del cliente.

Esta vía, más difícil pero más ambiciosa, obliga a las mismas a un replanteamiento de sus costumbres, es decir, requiere de cada una de las partes integrantes comprender las exigencias ecológicas e integrarlas en sus actividades cotidianas.

En un gran número de empresas, se ha elaborado y desarrollado una red de responsables del medio ambiente, cubriendo la totalidad de las actividades. Estos responsables, con humildad, determinación y perseverancia, guían al resto del equipo, con el fin de que integren la dimensión ecológica de sus tareas. Asimismo, las empresas en constante preocupación por la protección del medio ambiente, tienen la posibilidad de amortiguar los costes de la introducción de estas mejoras mediante la obtención de incentivos, subvenciones y otras retribuciones que primen su buena gestión medioambiental.

En definitiva, la protección del medio ambiente es una exigencia inevitable para la pervivencia de la actividad empresarial, dondequiera que estemos en el mundo. La Política Medioambiental dentro de la empresa, no debe considerarse un fin, sino el principio de un movimiento con un alcance general, constituyendo, una fuente de progreso continuo de la buena práctica de las empresas y, por tanto, generando una mejora en la calidad de vida.

Patricia Uroz Sanz
Área de Formación/Proyectos
Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros
puroz@febf.org

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