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Retrato robot de los filántropos españoles

Se conoce como filantropía la realización de acciones que repercuten en un beneficio para la humanidad en su conjunto o una parte de ella, motivadas por el único deseo de realizar un bien, y sin esperar obtener reconocimiento ni beneficio a cambio de ellas. Filantropía proviene de la unión de dos conceptos griegos: filos (amor) y anthropos (hombre), siendo por tanto su significado el de el amor al hombre o el amor al género humano.

Es un concepto que conlleva una fuerte carga positiva, haciendo referencia en la mayor parte de ocasiones a aquellas personas que prestan su ayuda a los más necesitados sin esperar recibir nada a cambio. Los actos de filantropía más comunes son las donaciones y el trabajo voluntario.

La filantropía tiene su origen en la Grecia clásica. Ya en la célebre Academia de Platón se hace referencia a la misma como un ideal educativo, muy asociado con la democracia y la libertad, cuyo objetivo debe ser la excelencia.

Sin embargo, el término filantropía con el significado que conocemos hoy día no sería acuñado hasta varios siglos más tarde cuando el emperador romano Juliano intentó restaurar el paganismo en sus territorios durante el s.IV. Para ello copió diversas instituciones de la Iglesia Católica y partes de su doctrina, como la referente a la caridad, la cual sustituyó por la filantropía, instaurándola como una de las virtudes de esta nueva religión.

La filantropía moderna nace en tiempos de la Ilustración (S. XVII). En Escocia e Inglaterra surgieron una serie de pensadores progresistas, cuyas ideas calaron en los estratos más elevados de la sociedad de la época, orientando a las clases altas a reunirse en asociaciones y clubs de caballeros desde los cuales organizar su actividad filantrópica con respecto a los más desfavorecidos.

Entre los filántropos más célebres de la historia, el magnate del petróleo John D. Rockefeller ocupa un lugar de honor. Uno de los hombres más ricos de todos los tiempos, dedicó buena parte de sus últimos años a mejorar las condiciones de lo más necesitados. Así, donaría más de 550 millones $ a través de diversas fundaciones dedicadas a estudios médicos, a facilitar el acceso a la educación o a causas humanitarias.

Otro gran filántropo fue el suizo Henri Dunant, el cual pasó a la historia como uno de los grandes activistas de la causa humanitaria, llegando a lograr el premio Nobel de la Paz. Su actividad filantrópica dio origen a la Cruz Roja Internacional y sus ideas inspiraron los postulados en los que se sustentó la Convención de Ginebra.

La solidez democrática y la madurez de la sociedad civil de una economía se pueden medir a través del alcance y desarrollo de su filantropía privada.

CaixaBank Banca Privada, a través de su Proyecto de Valor Social, e IE University, desde el IE Center for Families in Business han publicado el estudio ‘Perfiles de Filantropía Personal en España’, que analiza en profundidad la filantropía personal en el país y del que se desprende que el filántropo español es un líder emprendedor de un proyecto de transformación social.

La investigación es fruto de más de 50 horas de entrevistas con los filántropos más destacados del país y con gestores de fundaciones y expertos en el tercer sector. El estudio se ha centrado en el perfil de los filántropos individuales, y abarca tanto la filantropía que se organiza en torno a una fundación, impulsada por los denominados grandes filántropos, y por las pequeñas o medianas contribuciones a otros proyectos, cuya suma genera asimismo procesos de transformación y mejoras en sus ámbitos de actuación.

El estudio identifica tres tipos de perfiles de filántropos: el emocional, el generacional y el estratégico.

Así, el estudio identifica tres tipos de perfiles de filántropos: el emocional, movido por el ‘qué’ y que establece un vínculo emocional con el proyecto; el generacional, movido por la preservación del legado y la búsqueda de la coherencia entre el proyecto filantrópico y el empresarial; y el estratégico, movido por el ‘cómo’ y enfocado en la eficiencia del proyecto.

El estudio revela que, si bien todos los filántropos entrevistados comparten una visión de la filantropía como “un acto de generosidad”, difieren a la hora de definir su causa y las herramientas para ponerla en práctica. Esta diversidad explica la complejidad de la práctica de la filantropía, pues no existen “recetas únicas” como señalan las responsables del informe, sino que éstas se adaptan a cada perfil de filántropo.

Según Jordi Casajoana, director de Colectivos de Valor y Filantropía en CaixaBank Banca Privada, “gestionar esta complejidad exige la existencia de un ecosistema filantrópico fuerte, que fomente el que personas que tienen una vocación altruista puedan llevar a cabo su labor con las máximas garantías para generar el mayor impacto social posible”. Sin embargo, el análisis de las entrevistas realizadas en el trabajo de campo sugiere que España está aún lejos de contar con este ecosistema que favorezca la filantropía. “Faltan en nuestro país puntos de encuentro entre filántropos, e instrumentos que fomenten la participación de la sociedad en actividades relacionadas con la filantropía”, concluye Casajoana.

El estudio de CaixaBank e IE University ofrece una serie de recomendaciones y buenas prácticas para que la actividad filantrópica avance con firmeza en España.

Entre las recomendaciones del informe están dotar de una mayor profesionalización a los proyectos, lo que implica aplicar buenas prácticas de gobierno corporativo, lograr mayores niveles de transparencia, planificar la sucesión para asegurar la sostenibilidad del proyecto y tratar de atraer personal cualificado. Es también necesario un mayor uso de las nuevas tecnologías y diseñar sistemas de evaluación que permitan medir y gestionar el impacto de forma continua y ágil.

“El filántropo es un líder emprendedor de un proyecto de transformación social”, afirman las investigadoras que han participado en la creación del estudio, las doctoras Cristina Cruz, directora académica del IE Center for Families in Business, y Rachida Justo, directora del Departamento de Emprendimiento de IE University. Las autoras del informe recomiendan que “se debe traspasar el conocimiento empresarial de muchos filántropos, sobre todo en materias como la gestión y medición de impacto de los proyectos”.

Y precisamente el pasado 29 de septiembre, el Observatorio de Caixabank de Responsabilidad Social Corporativa realizó un Seminario sobre “Medición del Impacto Social: Bases para un Marco común de dialogo”.

Los datos parecen indicar que, al igual que sus vecinos europeos, los filántropos en España han mostrado una gran capacidad de movilización para responder a las necesidades más inmediatas provocadas por el virus, cambiando de prioridad en los tipos de proyectos programados, y aumentando de forma significativa la cuantía de fondos inicialmente asignados. En definitiva, la filantropía en España ha actuado de forma reactiva, ágil y muy comprometida.

Los filántropos españoles han mostrado una gran capacidad de movilización para responder a las necesidades más inmediatas derivadas de la Covid19.

Cuando la virulencia y la amplitud de la pandemia vaya disminuyendo progresivamente, se plantea el reto de saber si estamos frente a cambios en profundidad en el sector o si, por el contrario, se trata de reacciones efímeras que no sobrevivirán a la inercia de hábitos pasados, sobre todo teniendo en cuenta el posible efecto negativo de la crisis económica sobre la disponibilidad de fondos por parte de los propios filántropos. Por esta razón, como recoge el informe, es aún más importante que nunca la necesidad de construir alianzas y abordar los problemas sociales desde un enfoque colaborativo, algo que todavía se plantea como une asignatura pendiente en nuestro país si lo comparamos con algunas de las respuestas coordinadas que han florecido en otras partes del mundo.

Isabel Giménez Zuriaga

Directora General

Fundación De Estudios Bursátiles y Financieros.

Publicado en: Boletín 306

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