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Una economía de cuento y bellas durmientes

Diciembre es el mes de los niños, pero también de los mayores. Tanto es así, que muchas veces disfrutan más los padres comprando los regalos y montando los juguetes que sus propios hijos. Lo cierto es que todos llevamos dentro al pequeño que aguardaba con ilusión la llegada de los Reyes Magos. Este año, sin embargo, se espera que el 2010 nos traiga, en el mundo empresarial, diversas operaciones corporativas. Y es que, todas las crisis suponen reestructuraciones. No obstante, aunque resulte curioso, incluso en aspectos tan serios como el que tratamos, nuestra parte más pueril sale a la luz a través de la terminología utilizada.

Según los expertos, en el nuevo año hablaremos de bellas durmientes, caballeros blancos, píldoras venenosas y repelentes de tiburones, entre otros vocablos. No es que vayamos a contar un cuento, sino que se trata de una jerga utilizada en determinadas operaciones corporativas (como las OPAs). Los accionistas deberán comprender de qué se está hablando. Por ello, es conveniente dominar la terminología procedente del mundo anglosajón que se utiliza en este tipo de operaciones financieras.

Tal vez nos encontremos con una empresa sleeping beauty (bella durmiente). Es decir, una sociedad que se convierte en un blanco ideal sobre la que lanzar una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) por la disposición del capital o la composición de su Consejo de Administración. Ante esta situación, puede que acuda a su rescate un white knight (caballero blanco), una entidad que ofrece con carácter alternativo una oferta pública de adquisición amistosa a otra empresa que ya se enfrentaba a una OPA hostil o, por el contrario, deba enfrentarse a un black Knight (caballero negro), empresa que presenta una oferta de adquisición de forma no consensuada con el Consejo de Administración, es decir de forma hostil. Y como siempre, no es todo lo que parece, también puede ocurrir que el supuesto caballero blanco, se transforme en todo lo contrario, artimaña que sería calificada como estrategia “Lady Macbeth”, por el famoso personaje de Shakespeare.

Sin embargo, la bella durmiente, como en todo cuento moderno, también puede defenderse por sí sola. Para ello, tendría varias opciones, entre ellas, o bien emplearía poison pills (píldoras venenosas), la estrategia Pac-Man (comecocos), o crown jewels defense (defensa de las joyas de la corona). La primera hace referencia a la estrategia defensiva frente a la oferta de compra de una empresa en la que se da la opción a los antiguos accionistas de comprar más acciones en términos muy favorables. La segunda, sería hacer otra OPA sobre la entidad que ha hecho en origen la oferta hostil. Y la tercera, se refiere a que la compañía vende sus activos más atractivos a un tercer aliado con el fin de que la OPA sea menos atractiva.

Siguiendo con esta terminología, en cuanto menos curiosa, la bella durmiente en lugar de perfume, emplearía shark repellent (repelente de tiburones), si lo que quiere es desalentar la oferta pública de adquisición provocando que la empresa objetivo se convierta en algo desagradable de cara al potencial atacante.

Por otro lado, en las finanzas también existe una jerga peculiar para calificar a determinadas empresas. Por ejemplo, se habla de elephants (elefantes) para referirse a las grandes instituciones que hacen transacciones de volúmenes muy elevadas. Ejemplos de los elefantes serían los fondos de inversión colectiva, planes de pensiones, bancos y compañías de seguros. Y gorila sería aquella compañía que domina un sector sin tener un monopolio. Esta última referencia viene de la vieja broma: “Gorilas de 800 libras de peso”.

Siguiendo con el vocabulario procedente del mascotas u otros animales, cuando se ofrece a un inversor un bunny bond (bono conejo), se trata de un tipo de bono en el que se da la opción de reinvertir los pagos de cupones adicionales en bonos con el mismo cupón y vencimiento. Estos bonos son una forma eficaz de protección frente el riesgo de reinversión, y contemplan la posibilidad de que los tipos de interés se reduzcan en el futuro, también reciben el nombre de “multiplicador de bonos” o “garantía de bonos de cupón reinversión”.

Algo más ofensivo resulta el término fat cat (gato gordo), utilizado para describir los ejecutivos que ganan lo que muchos piensan que son salarios de forma injustificada demasiado elevados. Seguramente, también será molesta, por lo menos para la artista, la expresión Jennifer Lopez (J. Lo), ya que se refiere a un redondeo en el precio en un sector. Éste puede ser un indicio de un revés del mercado, es decir, las expectativas pasan gradualmente del alza hacia la baja.

Procedente del mundo del cine llega otra denominación mágica, o por lo menos especial, el Harry Potter Stock Index, conjunto de acciones de empresas relacionadas con la saga de “Harry Potter”. Creado por StockPickr, este índice trata de medir el éxito de la inversión en determinados productos franquiciados, asociados a la película. No es un verdadero índice bursátil, es más bien una versión irónica que muestra lo que debería ser un índice bursátil.

Tal vez, esta Navidad nos traiga nuevos vocablos, porque recuerden: el lenguaje está vivo y la economía nunca descansa. Por el momento, la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros ha reunido en su “Finance Glossary” más de 2.100 términos anglosajones utilizados en el lenguaje común financiero, así como terminología propia de la crisis subprime, contribuyendo de este modo al desarrollo de la divulgación de la cultura bursátil y financiera en la Comunitat Valenciana.

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